Resumen escuela inclusiva
Gracias a la concejalía de Educación del Ayuntamiento de Novelda y a la organización por parte de Fundación Uner, se pudo realizar la segunda edición de las escuelas inclusivas tras el éxito presentado el año anterior, dónde fueron muchos los interesados en formar parte del programa. Se llevaron a cabo numerosas actividades de diferentes disciplinas y temáticas adaptadas a los diversos perfiles de los alumnos con el fin de crear un ambiente de diversidad, igualdad e inclusión en esta etapa navideña.
¿Por qué las escuelas inclusivas?
El modelo de educación inclusiva, aplicado en nuestro país desde finales del siglo pasado, surgió con la idea de ofrecer una adaptación en la educación y formación curricular a aquellas personas con un perfil de características, necesidades y capacidades con una cierta vulnerabilidad, normalizando e integrando a cualquier colectivo con necesidades especiales al sistema educativo ordinario. Haciendo uso de apoyos extras por parte de profesionales para equiparar los procesos de aprendizaje, capacidades y adquisición de habilidades respecto al resto de escolarizados. Con ello se intenta que al final de todo el recorrido académico, estos puedan adquirir todas las herramientas necesarias para un óptimo desarrollo en lo social, personal y profesional. Evitando de esta manera cualquier tipo de exclusión social.
Experiencia personal
Aplicando mi propio prisma, desde la figura y el rol de trabajador social, y tras haber podido formar parte de esta especie de “versión reducida” del modelo de educación inclusiva, y siendo parte de la organización y ejecución de esta Escuela de Navidad de carácter inclusivo, creo firmemente en el éxito de la misma, viendo de primera mano, como cada uno de los asistentes pudo disfrutar de aspectos lúdicos y de aprendizaje en un contexto de diversidad, igualdad y cooperación en cada una de las actividades. Pese haber alumnos de diferentes franjas de edad, y de diferentes perfiles de diversidades funcionales se pudieron llevar a cabo las tareas sin ningún tipo de distinción en la realización y en el resultado de las mismas, todo ello, gracias a que cada niño se le brindaban las herramientas necesarias aplicadas a sus diferentes capacidades, habilidades y aptitudes. Es ahí donde los profesionales involucrados en la actividad ponían su foco, lo que llevo al éxito de cada una de las jornadas, donde la sensación de positividad y satisfacción por parte de los alumnos era muy perceptible.
Tanto las familias como los mismos menores nos transmitían la voluntad de volver a vivir dicha experiencia el próximo año.
Cabe señalar la dificultad que acarrea el hecho de que nos encontremos ante más de cuarenta alumnos con diferente contexto familiar, social, educativo y funcional, pese a ello, todos pudieron mantener una sonrisa durante toda la jornada navideña y crear vínculos sociales sin ningún tipo de barrera ni impedimento.
Estoy seguro completamente que cada uno de estos gestos y actitudes referentes a la empatía y a la cooperación para con la diversidad, se pueden extrapolar a la vida fuera del ámbito educativo y/o académico de cada uno de los niños implicados. Aportando así, por nuestra parte y de manera indirecta, un crecimiento personal, una visión de la sociedad, y una convivencia con dignidad hacia nuestros iguales.
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