“Somos lo que hemos vivido. Yo he vivido mi historia, y esa historia ha derivado en quién soy yo hoy en día” – Pedro Ponce
Pedro se considera a sí mismo una persona soñadora y perseverante; y pudimos comprobarlo de primera mano el día que lo conocimos. Con gran sensibilidad, y citando a nuestra presidenta María Jesús, Pedro consiguió que “las sonrisas y emociones fueran captadas por el objetivo de la cámara”.
Pero, ¿de dónde viene esa sensibilidad? ¿Qué le ha llevado a convertirse en la persona que es hoy?
Cuando Pedro era pequeño, fue diagnosticado con dislexia, un trastorno del aprendizaje que dificulta la lectura, debido a inconvenientes para identificar los sonidos del habla y aprender a relacionarlos con las letras y las palabras. Cuando esto ocurrió, Pedro mantiene que había pocos recursos y poca información en comparación a la actualidad; lo que le hizo sentir que la dislexia era un freno para su vida. Tenía muchas barreras, y no podía hacer ciertas cosas “porque era disléxico”; su dislexia era lo que le definía.
No obstante, cuando creció, se dio cuenta que todas esas barreras se las había impuesto él solo, que era él quién se ponía el freno. La dislexia le había dado cualidades que no tendría si no fuera disléxico, y decidió sacarles el máximo provecho. Le hizo ser emprendedor y creativo, le llevó a buscar formas más optimas para comunicarse, y así fue como Pedro comenzó su camino a
través de las cámaras.
Como él mantiene, en aquellos tiempos nadie pensaba que se podría dedicar a eso, pero que lleva haciendo su trabajo desde que tiene uso de razón; y a lo largo de los años, pudo formarse gracias a las personas que confiaron en él, convirtiéndose en el profesional que es ahora.
Siempre está pesando en ideas para crear, innovando constantemente y reinventándose a sí mismo, lo que le ha permitido hacer su trabajo actual: enseñar a las empresas como comunicar a su público objetivo a través del material audiovisual. A su vez, uno de los propósitos que se puso tras crear su marca hace dos años, es visibilizar la dislexia.
Como él mantiene, “ni los propios disléxicos sabemos bien qué es la dislexia”; ya que hay una gran variedad y cada caso de dislexia es diferente, lo que hace que la sociedad lo generalice, y no se adapte a la realidad de las personas disléxicas.
Pedro cree que ni la educación ni el mercado laboral -entre otras cosas- esta adaptado, ya que no se les dan herramientas para aprender como las personas que no tienen dislexia, y que se debería explotar las cualidades que las personas disléxicas para realizar otro tipo de trabajos -como aquellos de carácter más creativo-, los cuales son igual de válidos e importantes en la sociedad actual.
Todo esto para él fue un punto de inflexión, y decidió que no él no quería esconderse, porque “si no fuera disléxico, no sería quien soy, con sus cosas malas y buenas, nada sería igual”.
Es por todo esto que decidió contar su historia en redes sociales, siendo este su primer granito de arena para visibilizar la dislexia. Ahora, con todo su conocimiento adquirido a través de los años y experiencias, quiere ayudar a visibilizar a nuestra Fundación Clínica UNER, y seguir luchando juntos para una sociedad más inclusiva.
“Quiero darle mis ánimos a que todas las personas con dislexia que lo lean, que trabajéis mucho; y para aquellos padres, madres, amigos/as, educadores de personas con dislexia, os pido que siempre os centréis en sus virtudes, no en sus dificultades”
